Como ya comentamos en el capitulo V de "
El árbitro de balonmano" mantener la concentración durante todo el partido debe ser tarea primordial en el trabajo de un árbitro pues la pérdida de la misma en un momento clave del encuentro puede traer consecuencias nefastas para el mismo.
Esta jugada es un ejemplo de lo comentado.
Corresponde a los segundos finales de un partido con el resultado de empate a 24. En ese momento se producen unos dobles claros por parte del lateral de uno de los equipos que no son apreciados por el árbitro, lo que conlleva a que el gol que marca sea válido con la consiguiente desesperación del banquillo contrario. A pesar de la celeridad del saque del equipo que acaba de encajar el gol, ya no hay tiempo para intentar la remontada y acaba perdiendo el partido.
Esto nos tiene que hacer reflexionar sobre la concentración y actitud de los árbitros durante todo el partido y más si cabe en los minutos finales cuando en un partido está todo por decidir. No podemos relajarnos, aunque el partido tenga ya el resultado definido, siempre puede ocurrir algo que no apreciemos y perdamos el control del partido por un "despiste" o incluso que ese error influya en el resultado del mismo, como es el caso de esta jugada.
Está claro que los árbitros somos humanos y errar es de humanos, por lo que los errores se producirán, pero para conseguir que esos errores sean los menos posibles tenemos que trabajar en mantener la concentración y para ello contamos con la ayuda de nuestro compañero.
